Cuando todos los alumnos del Constance Billar y del St. Jude’s estaban entrando en el colegio después de haber sonado la campana que indicaba el comienzo de las clases, una voz mitigó todas sus conversaciones sobre la fiesta del sábado.
- A todos los alumnos. Reúnanse en la sala de reuniones, tengo algo importante que comunicarles – dijo la voz de la directora del colegio.
Acababa de empezar el año escolar hacía dos semanas, por lo que todos pensaban que se trataría del típico discurso inicial, ya que la directora había estado ausente durante esos días. Lo que no sabían era lo mucho que se equivocaban…
Todos los alumnos entraron de forma alborotada a la sala. Los chicos a la derecha, las chicas a la izquierda. Y ambos se dieron cuenta de que había una señora junto a la directora a la que no habían visto nunca.
- Buenos días. Tengo una noticia que comunicarles y espero que sea buena para todos – comenzó la señora Laker – En las últimas semanas he estado ausente por una sola razón; he viajado a Europa al Internado St. Trinians en Inglaterra. A mi lado está la directora de este internado, la Señora Mars, la que será a partir de ahora la subdirectora de este colegio. El suyo ha tenido que ser cerrado por motivos que no se los comunicaré y, por tanto, algunos de los alumnos que asistían al internado se han tenido que trasladar. Es un placer para mí informarles de que parte de estos alumnos vendrán aquí a este colegio a estudiar junto a ustedes.
Un murmullo se extendió por toda la sala. Muchos de los alumnos excitados por ver gente nueva y otros temerosos por qué tipo de personas iban a llegar a su colegio.
- ¡Silencio! – la voz de la señora Laker acalló todas las voces. Ahora quiero darle la palabra a nuestra subdirectora – dijo señalando a la mujer inglesa que estaba junto a ella.
- Buenos días, sólo quería pedirles que les dieran la bienvenida a los alumnos del St. Trinians y espero que los traten bien. Os diré que todos son estupendos y están deseando conocerlos a todos – dijo la mujer con una voz de pito que hizo reír a muchos de ellos.
La señora Laker les hizo una seña para que salieran y se dirigieran a sus calses, y salió junto a la nueva subdirectora de la sala que de repente se empezó a llenar de diferentes sonidos de móviles.
Todos indicaban lo mismo: un nuevo mensaje de Gossip Girl. Blair Waldorf sacó su móvil y llegó:
“Hello Upper East Siders. Según una fuente reciente va a haber nuevas caras en los colegios Constance Billar y St. Jude’s.
Ya sabéis que esto es lo que más me gusta porque ya sabéis todos lo que significa la gente nueva: nuevos cotilleos.
Sólo os daré un adelanto sobre ellos y un pequeño consejo para nuestra Queen B: cuidado con Lyla Mckenczie, Victoria Mclair y Crystall Moss, son algo más que unas pijas fabulosas. ¡Ah! Y lo siento por los chicos pero Francesco Mclair, Frederick Mars, Demetria Krum y Jacques Bruni son algo más que unos angelitos.
No os digo nada más excepto que la Elite europea está llegando a Nueva York.
XOXO
Gossip Girl”

La sala se llenó de un silencia sepulcral. Todos esperaban el grito de indiganción de Blair o algún ataque pero no hubo nada, así que se dirigieron a sus respectivas clases. Sin embargo, ella sólo estaba esperando a que todos se fueran para hablar sus amigas.

- ¿Qué pensáis? – dijo algo alterada.
- No lo sé. ¿Europeos en Nueva York? – dijo Nate con una nota de ironía en su cara.
- Nunca subestimes a nadie, Nate – respondió.
- Aún no los conocemos, puede que sean buena gente – intervino Serena apaciguadora.
- Sólo me voy a asegurar S. ¿Chuck?
- Ya he enviado los datos a mi detective, en unas horas, sabremos más – apuntó mientras guardaba su móvil.

Las siguientes horas de clase se hicieron largas para Blair que no podía olvidar la advertencia de Gossip Girl, que siempre acertaba. Ahora que Serena había vuelto y no quería quitarla el trono ¿lo iban a hacer otros? Por otro lado, Serena sentada junto a ella no podía hacer otra cosa que pensar en Dan Humphrey, con el que había salido un par de veces. Y lo mismo estaba haciendo él en otra aula más alejada, sentado dos mesas más delante de Chuck Bass y Nate Archibald, quienes no podían pensar en otra cosa que en las nuevas chicas que iban a llegar al instituto. Jenny Humphrey, que no había estado presente en la conversación de los populares, sólo deseaba que las nuevas alumnas no fueran tan odiosas como Blair.
Durante el recreo todo el mundo vio como Chuck Bass se acercaba a un coche y recogía unas carpetas. Nadie sabía qué era lo que contenían, excepto un grupo de alumnos. Le esperaban en una mesa apartada.
- Aquí está toda la información que necesitamos – dijo repartiendo las carpetas entre los presentes.
- Bien, aquí tenemos uno. ¡Oh! Es mono – murmuró Serena – Se llama Jacques Bruni y es el hijo del presidente de una empresa de champagne, tiene viñedos y unas cuantas fábricas. ¡Ah! Y es francés e irá a vuestra clase – comentó Serena mientras señalaba a Dan.
- Por cierto, ¿qué hace el plebeyo aquí?
- Yo lo invité ¿de acuerdo Chuck?
El aludido no respondió pero puso los ojos en blanco diciéndose a sí mismo lo muncho que había cambiado Serena.
- Aquí hay otro – Penelope Safari mostró la iamgen de otro chico – se llama Frederick Mars y ¡oh Dios mío! ¡Es el hijo de la nueva subdirectora! Es suizo y también irá a vuestra clase. ¡Ah! Ahora lo entiendo, su padre es un importante abogado en Londres – aclaró.
- Tengo a dos hermanos. Se llaman Victoria y Francesco Mclair. Irán a nuestro curso. Su abuelo es dueño de casi todos los casinos de Las Vegas y Mónaco y, por supuesto, ellos lo heredarán todo algún día. Parece ser que son multimillonarios, su madre, además, se encarga de la publicidad de la empresa de moda de su abuelo materno en Nueva York. Son italianos por parte de madre y por parte de padre, americanos – Jenny sostenía una carpeta en sus manos y parecía fascinada.
- Sí, yo los conozco. Suelen ir a los Hamptons algunos veranos. Mi abuelo es amigo de su abuelo, el señor Mclair – comentó Nate pensativo.
- Demetri Drum, su padre es un multimillonario ruso, petrolero. Es más pequeño que nosotros y parece inofensivo. No sé por qué Gossip Girl le ha puesto en el mensaje – se preguntó Nate.
- Ella nunca se equivoca – apuntó Isabel.
- Cierto – comentó Chuck mientras abría la ficha que tenía delante - Crystall Moss, inglesa, también más pequeña que nosotros pero, esperad, es la novia del hermano gemelo ese, Francesco Mclair. No se sabe mucho de su familia. Es huérfana. Su madre, que era actriz murió al darla a luz y no se sabe quien es su padre pero tiene un tutor legal con el que vive y le paga todas las cuentas. Interesante… - murmuró.
- ¡Ajá! Exclamó Blair al encontrar la ficha que buscaba – Lyla Mckenzie, su madre es una modelo española y su padre un inversor en bolsa americano. Están divorciados y su padre se ha casado con otra. Es la novia del hijo de la subdirectora, Freddie, ¿cómo has podido averiguar esto, Chuck? – se interrumpió – Es la más popular del internado, según lo que pone aquí, exactamente por organizar fiestas benéficas.
- ¿Y no van a venier más alumnos europeos? – intervino Nelly.
- Pues claro, boba, pero éstos son los importantes y tenemos que prepararnos para recibirlos – dijo mientras una sonrisa que no indicaba nada bueno salía por su boca.
Mientras, al otro lado del charco, en un aeropuerto privado de Inglaterra, estaban llegando varias limusinas cuyos ocupantes tenían un mismo fin, coger un jet rumbo a Nueva York.
Francesco y Victoria Mclair que eran los dueños de ese jet ya estaban comodamente sentados en sus asientos bebiéndose, ella un martini y, él, un vaso de whisky mientras esperaban a sus compañeros.
Los primeros en llegar fueron Crystall y Demetri que venían en la misma limusina. Se sentaron en sus asinetos y esperaron impacientes a que los demás llegaran. El siguiente en entrar al jet fue Jacques que se sentó junto a Victoria y le comentó algo que nadie más pudo oir, pero a lo que ella sonrió misteriosa. Y, por último, Lyla y Freddie se presentaron con cara de no haber dormido nada en toda la noche y con un archivador en los brazos.
- Buenos días, nuevos neoyorquinos – dijo ella con una nota de humor en su voz – tengo noticias nuevas, la verdad, es que ha sido más fácil de lo que pensábamos, ¿verdad, Fred?
- Sí, al parecer hay una chica que tiene un blog y en él escribe todos los cotilleos sobre los alumnos de ese colegio.
- ¡¿qué?! – exclamó Victoria.
- Lo que oyes, Vic. Nosotros ya hemos salido esta mañana, en el horario de allí, of course. Déjame tu móvil, te meteré la página para que puedas verlo todo – dijo mientras alargaba la mano y ella le daba su móvil.
- El caso es que lo sabemos todo sobre ellos, ¿queréis que empecemos?
- ¡Pues claro! Freddie no sé a qué esperas… - contestó Crystall.
- Está bien. Allí, la Queen, lo que sería el equivalente a Lyla, es Blair Waldorf, la hija de una diseñadora. Parece ser que está saliendo con Nate Archibald, un niño pijo mimado de papá.
- Sí, le conozco – asintió Francesco.
- Bueno, pues resulta que la tal Blair tiene unas maigas que la persiguen a todas partes y hacen todo lo que ella les dice.
- Algo así como lo que te hace Mary a ti, que quiere ser como tú, Vic – comentó Lyla sonriendo.
Y todos se rieron, excepto la propia Vic qu eno hizo ningún comentario y se quedó pensando en esa chica pelirroja y con gafas que la seguía todos lados.
- Luego, está Serena, que al parecer ahora se ha reformado y es buena, está saliendo con un tal Dan umphrey, que es de Brooklyn y es el hermanon de Jenny, una de las “secuaces” de Blair.
- Esto parece más un culebron que un informe, Fred – añadió Jacques.
- Bien, ya resumo terminando con Chuck Bass. Su padre es el ljefe de las empresas Bass, y con eso os digo todo: hoteles, edificios, oficinas… de todo. Lo que le sobra es dinero y sabe vivir bien.
- No creo que sea más rico que nosotros – señaló Francesco.
- Pues no lo sé – admitió Freddie – con vosotros cuenta también la fortuna de vuestra madre.
Victoria y Francesco se miraron: ¿más rico que ellos? ¡Imposible! A los dos les estaba empezando a caer mal ese tal Chuck Bass.