Me desperté sobresaltada al sonar mi móvil. Me levanté y me vestí rápida mientras iba al baño a cepillarme los dientes. Los padres de Mike habían llegado el domingo y no sospecharon de nada. Aunque claro, después de haber estado todo el sábado limpiando no me sorprendió. A pesar de lo de limpiar, este fin de semana había sido genial, Mike me trataba súper bien y era tan atento... Bajé a desayunar. Los demás miembros de la familia ya estaban en la mesa
-¿Estás seguro de que no te duele?
-Sí, mamá, ya te lo he dicho veinte veces.
-A ver si tienes más cuidado con las puertas, cielo.
Eso me hizo sentir culpable. Mike les había dicho que se había dado con una puerta en el ojo, a la señora Newton le valió pero a su marido, que miró a Mike ceñudo pero no dijo nada, no. Tendría que hablar con Francesco para que esto no volviera a ocurrir.
Mike y yo llegamos juntos de la mano al instituto lo que creó miradas de entendimiento entre algunos y sorpresa entre aquellos que no habían asistido a la fiesta. Pero no le vi por ningún sitio. Las clases pasaron muy rápidas debido en parte a que no quería que llegara la hora del almuerzo ya que tendría que hablar con Francesco antes de entrar en la cafetería. Me despedí de Mike diciéndole que ya iría más tarde a la cafetería y seguí a Francesco hasta el baño de los chicos. Esperé un rato fuera por si acaso y cuando salieron dos chicos que estaban dentro me metí sin pensármelo dos veces. La cara de Francesco mostró en un principio sorpresa y luego confusión. Atranqué la puerta y me encaré a él.
-No te vuelvas a acercar a Mike.
-¿Qué es tu novio?
-Sí.
Hubo una larga pausa en la que nos miramos sin decir nada hasta que tuve que apartar la vista ya que la tensión sexual que había habido entre nosotros en el avión volvía a surgir.
-¿Por qué él y no yo? - me preguntó suplicante.
-Mira Francesco yo no soy el tipo de chica que te conviene.
-Eso le tendría que decidir yo.
-No creo que te gustaría que tu novia te pusiera los cuernos pero aunque no quisiera hacerlo lo haría.
-No creo que tú me engañarías - respondió tozudo.
-Sí que lo haría - suspiré y me senté en los lavabos frente a un espejo agrietado- Tú no me conoces en absoluto.
-¿Lo que me estás intentando decir es que no estás conmigo para hacerme un favor? - inquirió mientras se acercaba lentamente a mí.
-No exactamente. Lo que te estoy intentando decir que sólo estaría contigo por una… atracción.
-¿Pondrías los cuernos a Mike?
-Para serte sincera…. Posiblemente.
-¿Y no tienes miedo de herir los sentimientos de Mike?
-No, él es el típico chico al que dejas, lo pasa mal una semana y luego empieza a salir con otra. Es un puerto seguro.
-Pero él te gusta - no era una pregunta.
-Sí.
Se quedó dubitativo durante unos segundos en los que yo no supe que decir. La verdad, estaba hecha un lío. Por una parte Mike me gustaba pero no era el típico chico con el que se podía llevar una relación seria y yo no estaba preparada de todas formas para ella, por otra parte estaba Francesco que me caía bien y estaba buenísimo y además era tan...bueno conmigo.
-Podría ser yo.
-¿Ser quién?
-El otro.
-No creo que eso sea buena idea - pero el agarro mi cara con fuerza y me besó durante unos segundos - Oh vamos Francesco, no quiero…- me volvió a besar.
Ya no pude pararle simplemente no podía, sus manos rozaban cada partícula de mi cuerpo y su boca era tan dulce. Otra vez había vuelto esa tensión sexual que no podía parar, ese hormigueo en mi espalda que me decía que siguiera y que no importaban ni Mike ni mis amigos ni el instituto, sólo él.
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