Estaba muy nerviosa, no hacia más que mirarme al espejo y colocarme la ropa una y otra vez. Alguien llamó a la puerta y le dije que entrara, era Jacob. Me miró de arriba abajo y se acercó a mí sujetándome las manos que me temblaban del nerviosismo.

-Estás preciosa –me susurró, le sonreí- no tienes que estar tan nerviosa ya conoces a casi todos.
-A los que no van al instituto, no. Y, además, no les he conocido como la novia de Jake.
-Me encanta como suena esa frase –sonrió- ¡oh! ¡Vamos! Sam y Emily son muy majos ya verás como les caerás bien –dijo al ver que no me había relajado.
-Está bien –respiré profundamente.
-Además, Leah y Christian estarán allí.
-¿Ya se lo ha contado todo Leah?
-Sí, anoche
-¿Y por qué no me lo has contado para que llamará a Leah?
-¿Tenía que hacerlo?
-Pues claro para que habláramos de ello –puse los ojos en blanco.
-Pero si ya nos lo ha contado a nosotros.
-No es lo mismo.
-¿Por qué?
-Yo soy una chica. Vosotros sois unos insensibles –sonreí- ¿y como reaccionó Christian?
-Peor que tú –me sonrió- casi le da algo, según Leah se puso blanco y enfermizo cuando se transformó delate de él en loba y eso que ella ya le había explicado todo primero.
-Vaya. Pobrecito.
-Sí, Leah se enfadó cuando nos reímos de él.

Le miré indignada pero no me dio tiempo a decirle nada ya que me besó fervientemente. Sabía qué hacer para mantenerme callada y yo no me iba a quejar.

-¿Vamos?
-Sí –respondí todavía un poco confusa.

Salimos de la casa y nos fuimos hacia su garaje desde donde saco ese Golf negro que tanto me encantaba. Me metí en el coche y ambos nos dirigimos hacia la casa de Sam que estaba un poco lejos y demasiado metida en el bosque.

Dirigí la mirada hacia el bosque mientras nos dirigíamos a la fiesta, los árboles crecían frondosos a nuestro alrededor y empezaban a tapar el cielo grisáceo. De repente un lobo color chocolate se puso a un lado del coche y pegué un grito ahogado.

-Tranquila es Quil –me dijo Jake ceñudo mientras el lobo le miraba a los ojos y se iba- creo que quiere que nos demos prisa.
-¿Por qué?
-No lo sé, ha debido de pasar algo.

La casa de Sam se presentó ante nosotros: era pequeña pero acogedora y tenía un toque personal que estaba segura que se le había dado Emily. Todos nos estaban esperando fuera había varios lobos y luego estaban Christian, Emily y Kim. Jacob se bajó rápidamente del coche y fue hacia mi puerta, me esperó mientras salía. Seguro que me esperaba por si tenía miedo de estar cerca de sus amigos, eso era lo que menos me importaba.

-¿Qué pasa? –preguntó Jake mientras nos acercábamos.
-Dicen que has encontrado un rastro de un vampiro por el bosque cerca de la línea, pero no ha pasado –respondió Emily preocupada.
-¿Uno de los Cullen?
-No.
-Tamara, me tengo que ir te quedas con Kim ¿vale? Lo siento
-Espera un momento ¿qué es eso de vampiros?
-Te lo explicarán ellas –vino hacia mí me dio un beso y se fue mientras se quitaba la ropa y todos los demás le seguían.

Miré a Emily y, entonces, fue cuando me di cuenta de las cicatrices que tenía en la cara Jake me había ya hablado de ello pero aún así… Parecía preocupada mientras miraba en silencio hacia el lugar en el que se había perdido de vista los lobos.

-¿Entramos dentro y os lo cuento? –nos preguntó a Christian y a mí mientras intentaba cambiar la expresión de su cara.
-Vale –dije mientras agarraba a Chris del brazo ya que se estaba quedando blanco.

La casa por dentro era preciosa, la cocina comunicaba con el salón y hacía de ella más espaciosa y cómoda. Nos sentamos en el sofá mientras Kim iba a por un vaso de agua para nosotros.

-Tú debes de ser Tamara, Jake me ha hablado mucho de ti –me dijo Emily presentándose.
-Encantada –respondí tímida.
-Seremos buenas amigas, estoy segura –me dijo confiada. Le sonreí.
-¿Cómo que vampiros? ¿Y qué tiene eso que ver con los Cullen?
-Bueno, como ya has visto. Los hombres lobo existen pues bueno para completar la leyenda los vampiros también.
-¡¿Qué?! ¡¿Y Leah ha ido a enfrentarse a un vampiro?! –preguntó Chris horrorizado e hizo un ademán de levantarse.
-No la pasará nada, la manada la protege a ella más que a cualquier otro miembro.
-Dime ¿y los vampiros… qué hacen?
-Te refieres a la fuerza y todo eso ¿no? –Asentí- Bueno pues según me ha contado Sam son bastante fuertes y rápidos. Pero en manada ellos pueden matarles, por supuesto –se apresuró a decir cuando vio mi cara- bueno y pueden salir a la luz del día, no se les mata con estacas, beben sangre humana, su piel es…
-¡¿Qué beben sangre humana?! –exclamé.
-Sí, pero tranquila. Aquí estás a salvo.
-¿Y qué tiene que ver los Cullen en esto? ¿Ellos también son… -no pude seguir ya que se me empezó a quebrar la voz.
-Sí, lo son -me aseguró Kim.
-Pero mi hermana y Paula van al instituto con ellos y Alexandra, a veces, también sale con ellos. ¡Oh, dios mío!
-No, no te preocupes Tamara. Los Cullen sólo se alimentan de animales ,sino ya les habría matado la manada. Tu hermana esta medio a salvo.
-¿Por qué?
-Siempre existe un riesgo.

Me quedé preocupada ¿le habrían contado los Cullen a mi hermana su secreto? No lo sabía, ella no me lo habría contado para no asustarme pero ahora… todo iba mal. No podía quedar callada tenía que contárselo. Mejor no le decía nada a Emily y Jake para que no me prohibieran contárselo.

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