Vimos como se iba el coche de Bella y entramos en la casa que era de una sola planta. Al entrar, se encontraban la cocina y el salón y luego cuatro habitaciones: la de Jake, la de su padre, Billy; la mía y la de sus hermanas que según me dijo casi nunca venían.
Desde que vi a Jacob en el aeropuerto fue como si no hubiera otro hombre en el mundo, era guapo sí y tenía unos ojos marrones preciosos pero aún así ¿por qué pensaba tanto en él? Apenas me enteré de lo que hablaron Bella y mi hermana durante el viaje ya que no podía dejar de pensar en otra cosa. La tensión que había entre nosotros se notaba a la legua y hablábamos con frases cortas, quizá para que ésta no creciera. O quizá todo me lo estaba imaginando y es que estaba demasiado cansada. No, eso tenía que ser real, ese chico me gustaba más que cualquier chico en toda mi vida y eso que ni siquiera le conocía. ¿Cuánto tiempo podría aguantar sin acariciarle? Borré esos pensamientos de mi mente y me puse a ordenar toda mi ropa en la cómoda y los armarios, coloqué el portátil y salí de la habitación.
Jacob estaba… ¿Dónde estaba? No lo encontré por ningún lado así que salí fuera de la casa a ver si le veía. Cuando iba a bajar por las escaleras del porche le vi salir del bosque con uno simples pantalones cortos y sin camiseta, estaba buenísimo. Aparté mis ojos de su abdomen musculoso y le sonreí, eso sierre funcionaba para que los demás empezaran a hablar.
- Siento haberte dejado sola es que tenía que contarle una cosa a un amigo.
- ¿En el bosque?
- Pues… sí, es que hace atletismo y suele correr por ahí todos los días, ¿entramos?
Jacob me contó que su padre iba a cenar fuera en casa de Sue Clearwater, una señora de La Push así que íbamos a estar solos. Él calentó unas pizzas en el horno y cuando digo unas me refiero a que fueron como cinco. ¿Se pensaría que comía mucho? ¿O sería para que pudiera elegir una de ellas? Aunque si era así, me lo podría haber dicho primero.
- ¿Cuál es la que más te gusta?
- La de jamón y queso
- ¡Genial!
Mientras comíamos Jacob me habló de sus amigos del pueblo y del instituto en general aunque de vez en cuando me soltaba preguntas personales entremetiéndolas entre las conversaciones del tipo si me llevaba bien con mi hermana, si alguno de los chicos con los que venía era mis amigos, si tenía novio… a lo que yo aprovechaba para preguntarle a él también.
Las cinco pizzas no sobraron como yo me había imaginado ya que el se comió cuatro y media más luego un trozo de tarta, no me lo podía creer era el hombre que más comía que jamás hubiera visto.
- ¿Qué? ¿Tienes hambre? –le solté cuando se terminó su último trozo de tarta. Me sonrió.
- Es que soy muy alto y hago mucho ejercicio. Tengo que mantenerme fuerte
-Ya, ya te veo –me ruboricé. Quizá no tendría que haber sido tan sincera pero él me sonrió aún más y me dijo:
-Este cuerpo no se mantiene solo
Ambos nos empezamos a reír y a partir de entonces todo fue mucho más fácil sin interrogatorios y sin nada, simplemente hablando pero por supuesto manteniendo las distancias. No quería que sucediera nada de lo que me pudiera arrepentir al día siguiente.
Su padre llegó tarde y se sorprendió al vernos levantados todavía, le riño por haberme mantenido levantada tanto tiempo cuando debería estar ya durmiendo y nos mando a la cama a los dos. Billy me caía bien y sobre todo cuando reñía a Jacob, me encantaba la cara que ponía éste.
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