Alexandra estaba saliendo de clase hablando con un chico que reconocí como uno de los Cullen de los que me había hablado Mike la noche anterior. Me acerqué a ellos.
- ¡Hola!
- ¿Cómo has llegado tan rápida?
- Es que he venido casi corriendo esquivando a Francesco que iba hacia la cafetería con Jessica y Marcos.
- Eres la leche. Muy lanzada para unas cosas pero para otras… Ah por cierto este es Emmet Cullen.
- Sí, lo sé –me ruboricé al ver la cara de sorpresa de ambos- es que Mike ayer me estuvo enseñando el anuario.
- Encantado.
Los tres nos dirigimos hacia la cafetería. Le dije a Alexandra que no quería sentarme en la mesa de Francesco así que ella le preguntó a Emmet si se podía sentar con ellos:
- Claro ningún problema.
Entramos en la cafetería, era bastante grande y tenía mesas redondas, vamos tal y como yo me la imaginaba. Cogimos nuestra comida y nos fuimos a sentar junto a todos los Cullen, Bella y una chica y un chico llamados Ángela y Ben, Bella nos los presentó.
- ¿Qué tal vuestro primer día? –nos pregunto Ángela.
- No ha estado mal –contestó Alexandra- aunque para unas mejor que para otras –me estaba mirando.
- ¿Qué quieres decir? –nos preguntó Bella.
- Pues que Paula está evitando a Francesco porque no quiere decirle que no quiere nada con él. Por cierto no miréis pero está mirándonos.
- ¡Oh dios no me voy a librar de él! –exclamé.
- La mejor forma para librarte de un tío es diciéndole lo bueno que está otro y si así no pilla la indirecta es que no es muy listo –indicó Rosalie, era la chica más guapa que había visto en mi vida y si ella, que debía saber bastante de cómo librarse de chicos, me lo decía tendría que utilizar esa táctica.
- Buena idea, le diré que me gusta Mike.
- Cosa que es verdad- intervino Alex.
- Pues él también está mirando para acá, tú también le debes de gustar.
- ¿Y a quién no le gusta Paula? Ya se ha ligado a medio instituto.
- Oye, qué que tú tengas novio no significa que las demás tengamos que ir de mojigatas por la vida.
-Ya empezamos –puso los ojos en blanco.
Todos se empezaron a reír, es que Alexandra siempre estaba con lo mismo. Claro, ella siempre tan modosita y fiel a su novio. Sabía que a ella le daba igual que me liara con Mike siempre y cuando yo estaría feliz pero también sabía que no aprobaba que tratara así a Francesco. Yo no tenía la culpa, si un chico me gustaba iba a por él y si no me gustaba pues no y punto, además iba a estar aquí un año y lo iba a disfrutar. Luego, la conversación giro entorno al periódico del instituto en el que Ángela escribía por un lado y sobre algo de Port Angeles por el otro. A Alexandra, que le interesó bastante el tema del periódico, se comprometió a escribir una columna en el sobre el cambio y las cosas nuevas que iba conociendo en Forks.
Llegó la hora de la siguiente clase y Mike se acercó a nuestra mesa mirando ceñudo a los Cullen para llevarnos a Alex y a mí a la siguiente clase, la de español en la que teníamos que ayudar a los demás a pronunciar y escribirlo bien. Yo me senté con Mike, y Alexandra con Lauren un achica rubia de ojos verdes que según me dijo más tarde Alexandra era un poco creída. Como la clase de ese día era todo oral estuve hablando con Mike en español a ratos y en inglés a otros sobre lo que pensaba sobreel cambio global.
- ¿Por qué no te has sentado con nosotros en la cafetería?
- Pues la verdad es que no quería sentarme con Francesco.
- ¿Por qué? ¿Te ha hecho algo?
- No, no, sólo le estaba evitando.
- ¿Te sentarás el próximo día con nosotros?
-¡Claro! -¿Cómo no me iba a sentar con un chico tan mono que me miraba con esos ojitos?
- Bien, es que los Cullen son muy raros, no sé, no me gustan.
- La verdad es que un poquito raros sí que son.
- Sí, yo que tu me alejaría de ellos.
-¿Por qué? ¿Son peligrosos?
-No, no. Nada de eso. Es solo que Bella se acercó a ellos y ya no se han vuelto a separar.
Bueno eso era lógico estaba saliendo con uno de ellos, la verdad es que Mike parecía un poco celoso. Para mí que le había gustado Bella alguna vez y por eso ahora les guarda rencor a los Cullen. Como la profesora no estaba mirando seguimos hablando del calentamiento. La clase terminó y luego tenía dos horas de gimnasia. Nos encaminamos a ella juntos y fuimos cada uno al vestuario. El vestuario de chicas era muy pequeño aunque entrábamos bien, tenía taquillas, bancos y duchas y las chicas estaban hablando. Entonces se nos presentaron todas las que no habían tenido oportunidad de hacerlo primero y luego nos preguntaron si Marcos y Francesco estaban libres, para algo nos querían, les dijimos que sí y todas empezaron a hablar entre ellas. Salimos al gimnasio y allí nos esperaban raquetas de badminton con las que teníamos que jugar en parejas mixtas. Francesco no perdió la oportunidad y se colocó junto a mí mientras que Mike se puso con Alex que me miró para transmitirme coraje.
- ¿Qué tal el día? –me preguntó.
- Bastante bien ¿o no has visto con qué chico me ha tocado en casa? –hizo una mueca.
- Sí, ya le he visto, Mike Newton no me gusta nada.
- Pues a mí mucho –paró de golpear el volante.
- Entonces ¿entre nosotros?
- No hay nada, lo siento Francesco pero tenemos un año por delante y yo te considero mi amigo y espero que tú también hagas lo mismo –parecía ser que era de los tontos, no había pillado la indirecta de arriba.
- Por supuesto, te considero mi amiga –no volvió a hablar en todo el tiempo hasta que cambiamos de compañeros y yo no insistí.
- No se lo ha tomado muy bien –me comentó Alexandra al salir del gimnasio.
- No –suspiré.
Aunque me dolía no iba a dejar que Francesco me amargara el día así que nos duchamos y salimos afuera donde Mike nos estaba esperando.
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